Por mucho que avance la tecnología no hay manera de quitarnos el ruido tan característico del ventilador de un portátil que está dándolo todo, de un cargador con años de experiencia o de un fax llegando o saliendo. Pero no estoy aquí para hablar de ese ruido. Estas líneas son para quienes buscáis ideas para mejorar vuestra toma de decisiones. Os recomiendo asomaros al libro Ruido, escrito por Cass Sunstein, Olivier Sibony y Daniel Kahneman. Los autores nos invitan a tomarnos más en serio los sesgos y, sobre todo, ese fenómeno menos visible y más peligroso llamado ruido: la variabilidad no deseada en los juicios humanos.
El ruido está presente en todos los ámbitos donde haya evaluaciones personales, desde decisiones clínicas hasta sentencias judiciales. Y, por supuesto, también en la dirección de proyectos digitales.
Cuando se lidera un proyecto digital —especialmente uno transversal y multidisciplinar— se toman decisiones de forma constante: selección de proveedores, priorización de tareas, inversión en medios, cambios en la estrategia… Y muchas veces esas decisiones no fallan por falta de información, sino por demasiada dispersión en los criterios de juicio. Dos personas analizando lo mismo pueden llegar a conclusiones totalmente diferentes. Y esa divergencia no siempre se debe a diferencias de perspectiva: a menudo es simplemente ruido.
El libro propone seis principios de “higiene de las decisiones” que pueden ser especialmente útiles en el contexto de proyectos digitales:
- Priorizar la exactitud sobre la expresión individual.
- Pensar estadísticamente, usando referencias externas en lugar de intuiciones internas.
- Descomponer decisiones complejas en tareas más pequeñas y estructuradas.
- Resistirse a las intuiciones prematuras.
- Fomentar juicios independientes de distintos perfiles antes de consensuar.
- Usar escalas relativas y criterios comparativos, en lugar de evaluaciones absolutas.
En dirección estratégica, esto se traduce en una cultura de trabajo donde las decisiones no se toman por inercia, urgencia o intuición aislada. Se trata de construir mecanismos que reduzcan el ruido: estructurar las reuniones, clarificar los criterios, contrastar puntos de vista y hacer explícitos los supuestos.
En un entorno digital que cambia rápido y donde la coordinación entre especialidades es clave, aplicar principios de higiene decisional puede suponer la diferencia entre avanzar con solidez o quedarse atrapados en bucles de discusión improductiva.